Se trata de una vivienda para familia joven, con un programa clásico y que busca un pieza donde se equilibre la modernidad arquitectónica con la solidez y calidad que aportan las estructuras murarias de piedra.
La edificación se encuentra entre medianeras, de planta casi cuadra y una parcela que acomete con un ángulo muy marcado, que condiciona la relación de con el espacio interior. Para mejorar esta situación se propone un giro del espacio principal (cocina-estar), lo que revoluciona todo el interior de la vivienda, dotándola de dinamismo y permitiendo interesante juegos de iluminación y vistas cruzadas.